Muy relajado, el DT del único puntero abre las puertas de su intimidad. El camperón, sus jugadores, la ilusión con el título, incluso habla de lo que le pasa a Almeyda y Cía. en la B. Una charla distinta con JCF.
Primero decime el título.
-Pensalo durante la nota y lo decís...
Es Julio César Falcioni a quien persigue la ansiedad. El que invierte los roles y hace la primera intervención. Quisiera anticiparse al diario de mañana y no sorprenderse con una de esas frases que muchas veces suenan más fuerte en el papel. Tira y se ríe, con su sonido tan particular, un “je” áspero que estira la “e” a más no poder. Su intención es que nada de lo que diga pueda ser usado en su contra, que les caiga mal a sus jugadores o termine siendo perjudicial para la campaña. Sin respuesta precisa a su inquietud, pero a paso seguro, avanza en el mano a mano con Olé .
-¿Qué arquero eras?
-¿Yo? Atajando era normal, tenía una personalidad importante y me gustaba escuchar lo que hablaban los técnicos para ordenar desde atrás. Y desde ese ordenamiento, no tener inconvenientes. Cuando un equipo se desordena, con la visión abierta del arquero, un grito puede corregir algún movimiento y anticipar algo que puede pasar.
-¿A quién escuchabas? -Tuve muchos técnicos, muchísimos. Desde los primeros en baby, en Inferiores, como Cecchi, Armúa, López y Caballero, a quienes después tuve en Primera. Victorio Spinetto, Cavagnaro, Menotti, Bilardo, Bielsa, Ochoa Uribe. Escuché a muchos, no para apoyarme sino para aprender, sin saber que iba a ser técnico.
-¿No querías ser DT?
-No. No tenía intención.
-Hay jugadores que ya saben que van a ser DT.
-Yo no sabía. Por eso, cuando terminé de jugar hice el curso de técnico y el de periodista deportivo...
-¿Y cómo te definiste por una de las dos cosas?
-Justo me llamaron de Atlanta. Yo hacía otra cosa, tenía un negocio. Y me interesó, me fue ocupando más horas, fui aprendiendo y acá estamos...
-¿Negocio de qué?
-De ropa deportiva.
-¿Atendías a la gente?
-Tenía una venta mayorista. Me la pasaba sentado atrás de un escritorio, je.
-¿De quién te quedaron frases que hoy utilizás?
-Quizás del que más me quedaron fue de Gabriel Ochoa Uribe, porque lo tuve en toda mi estadía en Colombia. Y de otros, como el caso de Bielsa, al que conocí siendo técnico. Miré, aprendí...
-¿Hablablas mucho con Bielsa?
-Mucho. Yo estaba a cargo del selectivo de Vélez, de Reserva y Cuarta. Tenía diálogo diario con él, con Vivas, y uno va aprendiendo y sumando experiencia. Por nuestra función, siempre tenemos que escuchar, ver y dejar lugar para aprender.
-¿Y Colombia?
-Allá me fue muy bien. Una vida muy tranqui, en una ciudad hermosa como Cali, con un clima tropical. Estábamos todo el año en chancletas, bermudas y musculosa. Y en un equipo pentacampeón, el mejor de Sudamérica en esa década por la calidad de jugadores. La pasamos muy bien. Y a nivel familiar también, estábamos muy cómodos.
-¿Estabas con familia?
-Sí. Me casé apenas llegué a Colombia. La pasábamos muy bien. Teníamos un grupo de gente amiga.
-Siempre se habló de Colombia y la relación de los clubes y el narcotrático, ¿viste algo?
-Conocí mucha gente.
-¿El jugador qué hace en ese contexto?
-Jugábamos al fútbol, todos los días, mucho tiempo tuvimos competencia domingo y miércoles. Eran más de 60 partidos en el año. Y jugaba la mayoría, con el equipo titular y el alternativo.
-Como jugador, una vez, hubo interés de Boca...
-Sí, previo a irme a Colombia, a principios del 81. Cuando Vélez me iba a transferir surgió la posibilidad de venir, pero la negociación con el América se hizo muy rápido y pagaron al contado, je. Boca, en ese momento, tenía una situación complicada. Fue cuando se estaba armando ese equipo que fue campeón con Maradona.
-¿Cómo está compuesta tu familia?
-Mi mujer y mis dos hijas, Natalia y Leila. Ellas empezaron a crecer, a educarse y a hacer el primer camino de la vida en Cali.
-¿Cómo eras como padre?
-En ese momento estábamos metidos en la vorágine, como todo futbolista. Viajábamos mucho y, a la vez, trataba de darles el tiempo necesario. Pero estoy en deuda con ellas.
-¿Hoy todavía las cuidás mucho?
-Trato de ayudarlas y acompañarlas. Terminaron la universidad, trabajan bien y están en pareja. Uno les dio la posibilidad de tener un buen crecimiento intelectual, también gracias al fútbol.
-¿Fuiste padre celoso?
-Sí, pero lo asumí rápido y comprendí que tienen que vivir, tener su vida, su experiencia. Mientras el camino fuera el correcto, les dimos mucha libertad.
-¿En tu casa ves mucho fútbol?
-Sí, estamos acostumbrados. El fútbol estuvo siempre en mi casa. Uno se pone a ver un partido de la B, de la C, de la Sudamericana, de Inglaterra, de España... El fútbol es el lugar en donde el control remoto para y se queda.
-¿Ves sólo fútbol?
-No. Me gusta verlo sólo cuando analizo lo mío, para no desviar la atención. Con el teléfono apagado y con el termo y el mate.
-¿Tenés un lugar especial para eso?
-Sí, tengo en mi casa un lugarcito donde me siento y miro solo. No es que me aísle, quiero estar atento a lo que uno se pierde desde el banco. Más tranquilo y con el resultado puesto se analiza mejor.
-Cuando ves fútbol con alguien, ¿te comentan algo o se intimidan porque sos el DT de Boca?
-No, están mis yernos que miran, opinamos y hablamos. Cuando miro fútbol con otra gente, hablo como hincha.
-¿No te dan consejos?
-Nunca.
-¿Los aceptarías?
-Siempre escucho, primero a la gente que trabaja conmigo. En mi casa hablo como un hincha más.
-¿Qué más te gusta? -
Descansar, mirar televisión, leer algo. Muy tranqui. Me voy caminando a la casa de mi vieja que vive cerca, todos los días hago eso. Camino tranquilo, ocho o diez cuadras, contesto llamados. Me pongo las zapatillas y camino, ahí me libero de todas las presiones.
-¿Tu vieja cómo es?
-Educada en el fútbol, desde chico me acompañó y me siguió, siempre rodeada de la pelota.
-¿Dormís de noche?
-Muy bien, y sin pastillas.
-¿No te quedás pensando en el partido?
-A veces. Pero descanso bien. Es algo que me gusta. Cuando tengo libertad para dormir lo aprovecho. Por ahí duermo hasta las 12, como en la cama y duermo la siesta.
-¿El Mundo Boca no te quita el sueño?
-No, por eso dije que estaba en un momento oportuno para dirigir a Boca, porque sabía que íbamos a tener, como les pasa a todos, momentos malos, buenos y regulares. Y hoy estamos en un muy buen momento. Estábamos preparados para aceptar las críticas, conceptos y opiniones, cuando fueran buenas y no tan buenas.
-¿Por qué considerabas que era el momento?
-Madurez, experiencia, acumulación de partidos y decisiones, buenos y malos resultados. Momento de madurez profesional.
-¿Siempre confiaste que los buenos momentos iban a llegar?
-Cuando uno agarra un club siempre cree que todo se va encaminar y funcionar. Después, lo que hagas en cada partido marcará el camino. Pero en lo previo uno agarra con la máxima ilusión. El que está en la B, con la ilusión de ascender; el que pelea el descenso, en sacarlo y pelear el campeonato; el grande en ser protagonista y campeón... Todos los técnicos piensan de esa manera.
-Dijiste campeón.
-No, dije: pretende ser campeón, je.
-¿Y vos pretendés?
-Pretendo seguir de esta manera, no tengo otra cosa en la cabeza que el partido del domingo con Belgrano. No podemos mirar más allá, sólo lo próximo.
-Cuando ves fútbol, ¿qué equipo te gusta?
-¡Eh! ¡El Barcelona! Es el equipo de todos. Pero también se ven buenos equipos en el fútbol inglés: el Manchester juega bien y es rápido, el Arsenal no está pasando por un buen momento pero juega bien, hay equipos por ahí más chicos como el Málaga y el Bilbao, al que lo vi con el PSG y ya se nota que está tomando la dinámica de Bielsa en cuanto a pressing, apretar, recuperar e intención de juego. Ves una selección como la chilena y la colombiana, y juegan bien, tienen un buen estilo.
-¿Acá se puede jugar como el Barcelona?
-Tiene una cantidad de jugadores de altísimo nivel, todos juegan muy bien y han conjugado una filosofía, una manera de ver y, sobre todo, de jugar el fútbol que es muy difícil de igualar o parecerse.
-Más allá de los buenos jugadores que tenés, no lo podrías hacer...
-Tenemos muy buenos jugadores y sacamos desde la parte táctica el mejor provecho para que el equipo tenga el mejor funcionamiento y pueda sacar los mejores resultados.
-Almeyda elogió a Boca, ¿te enteraste?
-Sí. Está muy bien el equipo, muy seguro, firme, nace en el compromiso y la predisposición al trabajo.
-Entre todos los partidos que ves, ¿enganchaste alguno de River?
-Con Atlanta no lo vi, sí los goles después. Neta superioridad, abrió el partido muy rápido, marcó una gran diferencia. Vi otros partidos, más tranquilo en la concentración. Poco a poco se va acostumbrado al formato que le presentan los demás equipos y va marcando diferencia. También para Matías es una muy buena experiencia.
-¿Dirigiste en el Ascenso alguna vez?
-No. En Atlanta estaba como colaborador.
-¿Es más difícil?
-Es diferente, hay que buscarles a todas las cosas su lugar... A veces el exceso de riesgo es perjudicial, a veces el exceso de pausa es perjudicial, a veces la confianza es perjudicial. O el exceso de confianza. Todos seguramente esperaban que todos los partidos de River terminaran como el de Atlanta, 7-1 ó 6-0, y bueno... Seguramente por los jugadores que tiene va a seguir haciendo un muy buen campeonato, pero va a seguir siendo duro como es el torneo de Primera, como es el de la B y el de la C.
-No hay partidos fáciles.
-Es raro este fútbol, no hay 6-0, 4-0... Es una muy brillante tarde de alguno que se cruza justo con otro que no tiene una muy buena tarde. En los demás son todos cerrados, un gol o dos de diferencia. Son todos partidos en los que no te podés distraer ni un segundo, todas las semanas hay goles de pelota parada, de primera o segunda jugada de un lateral y hasta de saques de arqueros.
-Es un mérito de Boca aprovechar todo eso y ganar tanto por 1-0...
-El equipo está concentrado, bien, tratando que los demás no le saquen ventaja y eso es un sistema de concentración.
-¿Entusiasma tu Boca?
-Demostró que es superior al adversario en juego, manejo, recuperación, y eso te da placer. Seguramente al hincha de Boca lo pone muy feliz.
-¿Qué cambió de un semestre a otro?
-Cambiamos algunas cositas, desde lo táctico. Y sobre todo el alto rendimiento de todos los jugadores. Partimos del alto nivel individual.
-¿Pero qué cambiaste?
-Que se preocupen los demás, que lo miren.
-¿Secreto?
-No, no es lo importante. Lo importante es el alto rendimiento del plantel.
-También son importantes los resultados que se fueron dando.
-Ayuda, te dan confianza, seguridad. Todo se encadena. Cuando las cosas vienen mal se encadenan los malos humores y cuando vienen bien, se encadenan las sonrisas. Es así. En todo equipo que tiene secuencias buenas de resultados el ambiente es mejor que el que tiene tres o cuatro perdidos seguidos.
-¿Como sostenés este nivel y estos resultados?
-Tratando de ser equilibrado en el manejo diario, en tener el mismo discurso todos los días, sabiendo que todavía no hicimos nada, que falta un montón.
-¿Les decís que no ganaron nada?
-Todos los días, todos los días les digo. No que no hicimos nada, sino que para poder lograr cosas falta mucho. Falta mucho esfuerzo, muchos días, vamos a seguir teniendo obstáculos para poder llegar bien al final.
-¿Te da placer dirigir a Riquelme y al resto?
-Sí, me da placer. La verdad que sí. Estoy muy contento por el día a día que tenemos, por la convivencia y el buen trato, por el feeling que tenemos, y esperamos seguir así.
-Palermo dijo que su salida descomprimió...
-No me gusta opinar de eso, siempre vi el vestuario muy tranquilo, con la presencia de jugadores muy profesionales, que a la hora de trabajar estaban dispuestos a dar lo máximo. Después no tengo nada más por decir.
-Erviti dijo que es normal que cuando ganás todo sea color de rosa.
-Siempre, no sólo en Boca, cuando ganás es todo mucho más placentero. El estado de ánimo, la convivencia, la vuelta a tu casa, la concentración, todo lo que pongas en la periferia del juego. El vecino te va a saludar mejor, en la calle te van a saludar mejor. Siempre es así. Boca tiene más notoriedad, por supuesto.
-¿Hay envidia por la punta? Llevás una cintita roja en la muñeca...
-No, es una cintita con la virgen.
-¿Y hay cábalas?
-En el fútbol hay, pero son insignificantes. El que marca la diferencia, el que gana y hace las cosas en la cancha es el jugador. Uno, desde lo mental, ayuda con alguna cosa.
-¿Te da confianza la cábala?
-Como jugador, si me iba bien con un buzo lo mantenía. Si me iba mal con unos guantes, por más que fueran nuevos, los dejaba.
-¿Y la campera?
-Es porque hace frío.
-Con Argentinos no la usaste y empataron.
-También empatamos con San Lorenzo y Olimpo, y la usé, je. No pasa por ahí, pasa por los jugadores.
-¿No hace goles la campera?
-Ni corre, ni mete, ni anticipa, ni salta... Son cosas que mentalmente ayudan, acompañan, je.
-¿Te ilusionás?
-Estoy ilusionado desde el primer día. La ilusión es poder corresponder con la seriedad del trabajo y las decisiones. Más allá de los momentos, siempre tuvimos la ilusión.
-¿Tenés un objetivo personal para el 2012? Seguir acá, por ejemplo.
-No corresponde desenfocarme y pensar más allá del próximo partido.
-¿Cuál es el título?
-Me gustó “Me da placer dirigir a Riquelme y a estos jugadores”. Así los muchachos se motivan je.
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