viernes, 21 de octubre de 2011

El verdadero rostro del padrino...

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    La octava reelección de Julio Humberto Grondona no fue igual a las anteriores. Ahora, el escenario es distinto: el propio presidente de la AFA dio a entender que ésta es la última vez que se presenta como candidato. Esa presunción de fin de ciclo inició la carrera por su sucesión. Y encendió los cortocircuitos (leves, por ahora) entre las dos líneas que se disputan el sillón más grande de la "casa del fútbol": la histórica, que encabeza José Luis Meiszner (Quilmes) y la renovadora, que tiene como figura principal a Germán Lerche (Colón). 
Sabedor de que en sus filas hay grietas, Grondona cambió una costumbre que parecía intocable. Hasta ayer, cada vez que se subía a un avión, le dejaba un juego de llaves de su oficina -la más grande del edificio de Viamonte 1366- a sus compañeros de piso: José Luis Meiszner y Rubén Raposo (director general de Finanzas y Administración). Esta vez, no confió en Meiszner, sino en Hugo Cots, asesor general de Asuntos Institucionales y Torneos. Tanto Cots como Raposo son hombres históricos de la AFA, que llegaron a ganarse la confianza del presidente desde sus tareas cotidianas, y no como dirigentes de un club. 
A los 80 años, Grondona está obligado a delegar parte de su poder en sus hombres. Dos de ellos, Meiszner y Lerche, son los más presidenciables a la fecha. Uno (Meiszner), es el gran hacedor y constructor de poder del presidente. Algo así como el Carlos Zannini de Grondona. Hoy, el quilmeño estructura y da voz a las palabras del caudillo de la AFA. La Asamblea del martes, en la que Meiszner habló por 15 minutos y pronunció las frases más duras, fue una muestra de su estratégico trabajo. 
Junto a Meiszner, el poder del patriarca afista vive en las figuras de Juan Carlos Crespi (Boca es el único de los más grandes que pudo colar a un dirigente suyo en el círculo áulico de Grondona), Luis Segura (presidente de Argentinos Juniors, que supo viajar al Mundial de Sudáfrica con el seleccionado) y Carlos Portell (Banfield), el eterno tesorero de la AFA, en quien Grondona delega el manejo de los billetes de la casa del fútbol. Su tarea principal es ponerle la firma a las memorias y los balances anuales de la AFA. 
En una línea directa de sangre aparecen los hijos del presidente: Julio y Humberto, pero el hombre fuerte y de suma confianza proviene no por filiación directa sino por un sentimiento de plena confianza en otro hombre proveniente de su querido Arsenal: Miguel Ángel Silva (secretario general y vicepresidente primero de la entidad de Sarandí). 
El otro candidato, Lerche, tiene un perfil distinto. Con 45 años, encarna la autoproclamada "renovación" en la dirigencia del fútbol argentino. Presume de balances positivos en su club y una llegada directa al presidente, granjeada a base de "charlas de fútbol", según él mismo cuenta. El presidente de Colón se encargó de acercar a Grondona a otra figura ascendente del fútbol de las provincias: Mario Contreras (Godoy Cruz). Hace unos años, cuando los cinco grandes vivían tiempos mejores, era impensado que un dirigente del interior encabezara una delegación oficial de la AFA. Contreras lo hizo: viajó a Belém (Brasil), en ocasión del segundo partido por el llamado Superclásico de las Américas. Otro dirigente surgido mucho más allá de la General Paz, Salvador Stumbo (Gimnasia, de Jujuy), está al frente de la representación argentina que compite en Guadalajara (México), en los Juegos Panamericanos. 
Otros nombres propios de la guardia pretoriana de Julio Grondona son Gustavo Ceresa (el hombre que canaliza los reclamos de las ligas del interior desde el Consejo Federal), José Lemme (principal dirigente de Defensa y Justicia, el máximo responsable de que las entidades del ascenso se encolumnen detrás de Don Julio), Javier Marín (de Acasusso, fue el encargado de contener al empresario Daniel Vila cuando intentó ingresar en la AFA antes de la Asamblea) y dos históricos, hace tiempo en baja: Noray Nakis (Deportivo Armenio) y Enrique Merelas (El Porvenir). Ellos son los guardaespaldas del presidente. Y de entre estos guardianes del poder saldrá su heredero. 
  • El dinero, sólo en noviembre 
    La reunión para definir el dinero que recibirán los clubes por Fútbol Para Todos recién llegará en noviembre.

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